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Mostrando las entradas de diciembre, 2015

Un fin que continúa

Me gustaría despedirme de este 2015 dando un recuento de lo más relevante. Recuerdo que desde el 2014 jamás me había visto capaz de continuar con tanta desesperanza, sin embargo, aquí sigo.  A principios de este no tenía la menor idea de qué sería conmigo, había demasiada incertidumbre en mi cabeza. Creía que estaba bien como estaba, pero fue gracias a una querida amiga quien me recomendó aceptar la ayuda psicológica. Tras largas semanas de un autoanálisis, logré comprender que mi propia felicidad es importante para dejar de sufrir. "A pesar de todo lo que has pasado, sigues teniendo esperanza", me repito varias veces en la cabeza. El sistema educativo no cuadra conmigo, siempre he sido pésima en este ámbito porque pienso en demasiadas cosas a la vez y, cuando me dedico a algo que quiero hacer, lo hago muy bien, según palabras de mi padre. Siempre que me preguntan cuándo es que empecé a escribir, respondo igual: desde que aprendí a hacerlo. Aunque suene algo obvio, empecé a i

Pensando en dedicarme completamente a mis gustos

Así como he mencionado en múltiples ocasiones, la literatura es algo que me fascina y desde pequeña decidí que esa sería mi profesión. Sin embargo, recién entraba al internet, buscaba universidades donde impartieran la carrera de escritor. Sabrán ustedes, los de experiencia, que mi sorpresa fue grande, pues para ser escritor, no se necesita de un papel que avale lo que se es.  Con este gran problema sobresaliendo, me vi en la necesidad de encontrar otra profesión que estudiaría en el futuro (desde los diez años pensaba en entrar a la universidad) sin encontrar alguna carrera que me llamara la atención. Me gustaban los videojuegos, leer, dibujar, ver cómo mi mamá cosía o tejía, cantar... en realidad desde pequeña pensaba demasiado en qué podría hacer con mi vida. Como dije, los videojuegos me encantaban así que quería dedicarme a la programación, pero al enterarme que tenía matemáticas (cosa que aborrecía de niña) lo descarté (ironías de la vida). Después el dibujo me venía a la mente,

Recuerdos de un dolor y una esperanza.

No sé qué me ha dado por empezar a escribir acerca de mis recuerdos más sobresalientes, más dolorosos. El dolor ha sido casi desde siempre aquél que me ha acompañado hasta en los más profundos pensamientos de mi subconsciente, dolor que, para la fortuna de pocos, dudo que me siga de esa manera tan constante como lo hacía hace dos años.  Así es, el dolor y el sufrimiento siempre se nos presentará por más "insignificante" que sea la situación. La muerte de una mascota, la ida de un ser querido, el fracaso, una enfermedad, un desamor... es casi imposible vivir sin él, pero es posible que no sea tan constante como lo es para algunas personas. Asimismo, como ya lo habrán notado, el dolor se puede dividir en dos, los cuales son el dolor físico y el dolor psicológico. Sin embargo hace no mucho hallé un tercero, que es la combinación de ambos. En esta categoría podrían entrar aquellas personas que están pasando por la depresión, por la ansiedad o estrés más letales.