¡Feliz año nuevo, por fin se acabó el 2014!

No sé cómo se la pasaron ustedes en el 2014, de verdad fue un año lleno de cambios que te golpeaban la cara (¿fui la única que sufrió de cambios inesperados?), de verdad un año que desde el principio, quería que acabara.

Pensé en muchas cosas negativas: la tristeza, el futuro, el pasado, la venganza, el suicidio; pero me alegra mucho que no haya pasado a más y que ahora me encuentre más tranquila que hace exactamente un año y medio, que fue cuando empezó todo a desvanecer frente a mis ojos.

Ahora, a finales del 2014, me encontré dispuesta a ponerme el reto de estudiar matemáticas, escribir (aunque sea este blog y mis 50 relatos del ser y el por qué), hacer de nuevo videos en mi canal de YouTube y ahora reabrir (¿es esa una palabra?) mi tienda Chocolate Bunny en etsy. Siento que este año va a estar lleno de éxito, y obviamente eso sucederá si yo me pongo a trabajar en vez de ponerme a llorar, quejarme, rebajarme, despreciarme y depender de las demás personas como hice en el detestable 2013. He recobrado mis maravillosas amistades y eso es más que suficiente para sentirme orgullosa de que no soy una mierda de persona como creí ser el año pasado.

Espero de igual forma, que así como me estoy dedicando a la costura y repostería ahora mismo, me dedique a la literatura y las matemáticas. Quizá con el tiempo mis pasatiempos me dejen un poco de dinero para sustentar mis necesidades básicas, pues ya no quiero estar dependiendo de mis padres.

Les deseo de antemano que tengan un bonito año, que lo tengan lleno de salud mental, sabiduría y conocimiento; recuerden que como seres humanos, lo más increíble que hemos adquirido es eso mismo, la sabiduría. Hay que agradecer al universo por ser y a nuestra estrella por dejarnos vivir lo suficiente para ver siquiera a nuestros futuros niños crecer. 

Jamás había sentido tanta dicha.






Dorothy

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